La copa menstrual, el futuro de la regla

MARÍA ELEJALDE ELCUAZ, Madrid

¿Qué es la copa menstrual?

Muchas habréis oído hablar sobre la copa menstrual. Muchas no. No importa. Aquí viene un breve manual sobre la copa, fiel compañera de quienes la prueban, pero gran desconocida de quienes no logran despegarse de los métodos tradicionales para regular la menstruación.

La copa, lo que viene siendo, es un método para controlar el flujo de sangre durante los días de periodo de las mujeres. Es una especie de barrera de silicona médica, látex o TPE (polímeros o mezcla física de polímeros -generalmente un plástico y un caucho- que dan lugar a materiales con características termoplásticas y elastoméricas) y elástica con forma de cuenco que se inserta en la vagina y recoge la sangre antes de que salga del cuerpo de las mujeres. Podría asemejarse al trabajo de los tampones, solo que en vez de absorber la sangre, la retiene.

Su forma es la de un pequeño cuenco, con una parte superior ancha que va estrechándose y, la mayoría, disponen de un rabito pequeño del que tirar para sacársela. No son rígidas, sino flexibles, para una fácil modelación del producto a la hora de insertar y extraer de la vagina. Sin embargo, esta última parte no queda fuera de la vagina una vez colocada la copa, tal y como puede suceder con el hilo de los tampones.

Cómo usarla

Una vez nos llega el periodo, la copa se inserta dentro de la vagina con ayuda de los dedos. Para ello hay que doblarla, meterla y asegurarse de que se haya abierto bien una vez dentro.  Existen diferentes formas de doblarla y la cuestión es ir probando cual le viene mejor a cada una. El material es elástico y sensible, por lo que no resulta difícil modelarla a nuestro gusto. La siguiente imagen ilustra alguna de las formas de doblar la copa.

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Con ayuda de los dedos, que sujetarán la copa en la forma que deseemos hasta que esté dentro, se inserta en la vagina, ni muy profundo ni muy superficialmente. No es necesario meterla todo lo dentro que podamos, con que no quede sobresaliendo por fuera de la vagina debería ser suficiente. Aunque cada una debe buscar la posición en la que la copa le sea cómoda y no la note.

Una vez la copa esté a la altura que queremos, se suelta para dejar que se abra y, en caso de que no lo haga, le ayudaremos con los dedos. Puede hacerse presión contra las paredes vaginales con uno de los dedos, por el lado en el que la copa debe estirarse, para dejar hueco a que lo haga. También podemos presionar la parte inferior de la copa con uno de los dedos para moverla hasta que adopte la posición adecuada. Dependiendo de la habilidad que tengamos y cuanto conozcamos nuestro cuerpo tardaremos más o menos en aprender a colocárnosla rápidamente.

La duración de la copa reteniendo la sangre es aproximadamente el doble de los tampones, aunque todo dependerá de la cantidad de flujo de cada mujer. De todos modos, es recomendable extraerla cada 12 horas. Es perfectamente utilizable por las noches.

Para extraer la copa, algunas disponen de un rabillo del que hay que tirar para fuera, aunque es recomendable doblarla un poco con uno de los dedos para que se deshaga el efecto de vacío que se crea. Se puede sacar tirando del rabillo o con los dedos. La vaciaremos en el inodoro, la lavaremos con agua caliente/templada y la volvemos a introducir. Sí que es cierto que el proceso de extraer, limpiar y volver a introducir la copa, puede ser menos práctico que el de cambiarse de tampón o compresa. Será más fácil que nos manchemos la mano o un poco incómodo si no disponemos de un grifo de agua cerca. Pero en el peor de los casos siempre podemos vaciarla y volver a introducirla sin limpiarla del todo sin ningún problema, hasta encontrar un lugar en el que sí podamos hacerlo.

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Ilustración de la cuenta de instagram @zorrasybrujas

Repetiremos el proceso de colocación y extracción explicado anteriormente tantas veces como sea necesario hasta que terminemos los días de menstruación. Una vez hayamos terminado de utilizar la copa al terminarse el ciclo, después de limpiar la copa con agua, la esterilizaremos con agua caliente. Para ello herviremos la copa en un cazo durante  tres minutos aproximadamente (no debe dejarse mucho más tiempo ya que, sino, la silicona podría derretirse) y después la volveremos a guardar hasta el próximo ciclo. Existen esterilizadores de silicona para microondas que cumplen la misma función que los cazos para hervir agua, pero son más prácticos además de portátiles.

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Esterilizador portátil de silicona

Falsos y no tan falsos mitos

La copa no es incómoda. Realmente una vez bien insertada en la vagina, no se nota. No molesta y se pueden realizar deportes y actividades físicas con total normalidad.

No es difícil de colocar. Aún siendo cierto que implica utilizar los dedos para colocar la copa y que haya que asegurarse de que esta haya hecho bien el vacío una vez dentro, para evitar pérdidas, una vez cogido el truco, no es complicado colocársela.

Por muy grande que pueda parecer al estar abierta, realmente el tamaño que la copa adquiere al estar doblada es similar al de un tampón de color naranja. No es excesivamente grande ni exclusiva para vaginas grandes.

Al extraer la copa podemos verter algo de su contenido sobre nuestras manos, en caso de que se encuentre muy llena. Aunque la mayor parte de su contenido lo podremos verter en el inodoro sin problema alguno, en ciertas ocasiones nos mancharemos las manos o los dedos un poco más que al cambiarnos un tampón, por ejemplo. Pero oye chicas, es nuestra sangre, ¿qué más da?

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Beneficios

Las dos grandes diferencias de la copa menstrual frente a tampones y compresas son su rentabilidad económica y que esta es reutilizable. Al solo necesitar un utensilio para controlar el flujo de la menstruación, se acabó el gastarse una millonada en tampones, compresas y salvaslips. Además, teniendo en cuenta que la copa puede durar hasta 10 años y que su precio oscila entre los 20-30 euros, será como no volver a gastar a causa de la regla nunca más.

El impacto ecológico que el uso de tampones y compresas supone para el medio ambiente, queda totalmente anulado por parte de las mujeres que usen la copa.  

Además, los materiales con los que está producida no producen alergias, ni irritaciones vaginales. No son dañinas para el organismo a causa de los blanqueantes y químicos que los tampones sí que tienen.

El uso de la copa, también, supondrá olvidarnos de tener que hacer todos los cálculos mentales sobre cuántos tampones, de qué colores o cuántas compresas para la noche llevarnos cada vez que nos vayamos de viaje.

La copa puede utilizarse de noche. No es incómoda como las compresas ni perjudicial como puede decirse de los tampones, ya que hay quienes recomiendan no utilizarlos durante la noche. No existe ningún inconveniente para colocarse la copa por la noche y vaciarla a la mañana siguiente.

¿Puedo comprarme una ya?

La copa puede utilizarse desde el primer periodo sin importar la edad o constitución de la mujer. A pesar de que ciertas empresas ofrezcan una gran variedad de tallas, formas y acabados dentro de su gama de copas, existen dos tamaños generalizados: uno para mujeres con partos o mayores de 30 años y otro para mujeres que no han dado a luz o menores de 30. Es indiferente haber utilizado tampones previamente o haber mantenido relaciones sexuales o no. Además, al ser reutilizable, la copa puede llegar a tener una duración de hasta 10 años.

Existen copas de diferentes colores, marcas y distintos tipos de copas que pueden conseguirse en farmacias, herbolarios o por internet. Aún y todo, siempre a la hora de comprar por internet deberemos asegurarnos de la calidad de los productos de las páginas en las que consultemos. Existen algunas ofertas de copas menstruales por 5€ cuando el precio de estas oscila entre los 20-40. No podemos fiarnos de cualquier producto que vendamos y siempre que vayamos a adquirir un producto de este tipo donde la calidad de los materiales utilizados sea imprescindible, tendremos que asegurarnos que la empresa sea de fiar. Últimamente, incluso algunos supermercado han empezado a distribuirla. ¿A qué esperas?

 

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