Regalos para todos

MARÍA ELEJALDE, Madrid

Las personas, inevitablemente, tienden a relacionar conceptos. Es casi instintivo decir invierno y pensar en frío en el hemisferio norte. Escuchar Estados Unidos e imaginar hamburguesas o ver un anuncio de la vuelta al cole y relacionarlo con el fin de las vacaciones. Lo mismo ocurre con la palabra “Navidad”. Una fecha más que señalada en los calendarios de la cultura occidental, que marca el final del primer cuatrimestre para muchos.

Pero la Navidad significa mucho más que eso. Es inevitable que la palabra remita a comida, volver a casa, villancicos, turrón, familia, la lotería que nunca toca pero siempre se juega, Solo en Casa por decimoquinta vez, más comida… Y, fundamentalmente, los Reyes Magos y los regalos que traen desde oriente, para dejarlos en el salón de cada casa en una noche mágica. Sin embargo, desde que la crisis azotó a España en 2008, parece que los camellos de los reyes también han empezado a cojear y cada vez les resulta más difícil llegar a todas las casas. Por ello, con una intención totalmente solidaria, hace años que existen asociaciones sin ánimo de lucro que se encargan de ayudar a Sus Majestades a repartir todos los regalos. Entre ellas Ningún Niño Sin Sonrisa.

Esta asociación trabaja desde 2009, recogiendo juguetes de segunda mano, reparándolos y preparándolos para hacer de ellos un perfecto regalo de navidad. La presidenta de la asociación, Mónica Martínez, explica cómo funcionan: “Esto lo hacemos en nuestra sede, en la calle Hermosilla 136 Madrid. Vamos almacenando los regalos para cuando llega la campaña de reyes y recibimos cartas de los niños. Los padres tienen que venir a inscribirse a nuestra asociación o pueden hacerlo vía e-mail, trayendo una carta de un trabajador social o de Cáritas, como que están recibiendo alimentos. Es decir, nos tienen que justificar de alguna manera que es una familia en riesgo de exclusión. Una vez nos entregan estos documentos, ellos se quedan con un resguardo con el que tienen que venir los niños, importante que vengan los niños, sin niños no repartimos regalos, y el 6 de enero por la tarde, a partir de las 5:30 los niños van entrando en un salón donde se van a encontrar con los pajes reales que les repartirán los regalos”

Cada niño recibe una media de cinco o seis juguetes entre los que siempre se encuentran: dos de los juguetes que habían pedido en su carta, dos libros y un peluche. Aunque empezaron repartiendo juguetes a 17 niños, el año pasado cumplieron los deseos de 1.112 niños y este año incluso estiman llegar a los 1.200-1.300.

La asociación colabora con El Corte Inglés de Goya, donde han dejado una lista de regalos nuevos que no reciben de segunda mano, al estilo de lista de bodas. Quien sienta el espíritu solidario navideño recorriéndole las venas, puede acercarse a preguntar que juguetes se están solicitando desde la asociación para comprarlos y donarlos. Para Martínez “son esos juguetes que nosotros no vamos a recibir porque están de moda ahora, por ejemplo, patrulla canina. Al ser un juguete que se ha puesto de moda porque los dibujos han salido ahora, nosotros no los vamos a recibir de segunda mano” explica la presidenta de la asociación.

Todos los participantes de la iniciativa son voluntarios. Además de los socios que pagan una cuota para cubrir gastos del mantenimiento del local, luz, agua, juguetes, material… hay cinco voluntarios que, a lo largo de todo el año, se encargan de que los juguetes donados lleguen en perfecto estado a los niños.

Especialmente en fechas de vacaciones y Navidad, también vienen personas de colegios, grupos scout o familias con hijos que se dedican a ayudar. Mónica Martínez explica que “ahora en esta época que hay vacaciones, vienen muchas familias con niños a hacer voluntariado y dedican su tiempo a comprobar que estén las piezas de los puzles, que las pilas funcionen etc. Ahí también les acercas un poquito a la realidad, a repartir, a que ellos vean que en esta vida si quieres algo también te cuesta, que tienes que echar una mano y que si entre todos hacemos cosas, llegamos más lejos”.

Según la presidenta, la iniciativa nace de una manera totalmente solidaria y casi sin quererlo transmite valores fundamentales a los niños. Afirma: “Este tipo de iniciativas fomentan la igualdad. Porque aquí no hay ni pobres ni ricos, nosotros somos un taller de Los Reyes Magos que preparamos regalos para los niños”

El esfuerzo tanto económico como personal de los voluntarios, las semanas trabajando hasta las tantas de la madrugada y el tiempo invertido en arreglar juguetes se ve recompensado cada 6 de enero, cuando los niños empiezan a entrar en el salón y sienten tanto sus reacciones como las de sus padres. La presidenta explica que a pesar de que siempre haya algún que otro padre o madre que no se vea satisfecho con los regalos de sus hijos, la gran mayoría de la gente siempre se muestra muy agradecida, “muchas veces no hace falta que lo digan con palabras, sino que se ve cuando les das los regalos a sus hijos y empiezan a llorar”, comenta Martínez.

Para quienes aprecien todo el trabajo de estos voluntarios y quieran participar de alguna manera, se puede ayudar realizando una aportación económica a través de la página web de la página web de la asociación, comprando juguetes nuevos en El Corte Inglés o cualquier otro sitio, donando papel de regalo y celo, comprando una de las pulseras solidarias o, durante el año, también se pueden comprar juguetes en los mercadillos solidarios que organiza la asociación.

Además de la de los Reyes Magos, Ningún Niño Sin Sonrisa también organiza una campaña de recogida de material escolar (llamada “Mochilas”) para donar en septiembre packs con lápices, bolis, estuches y mochilas a las familias que también estén en riesgo de exclusión.

Hay quienes creen en la magia y quienes no. Algunos pedirán deseos al ver una estrella fugaz o al soplar las velas de cumpleaños, y a otros les parecerá una tontería. Pero desde el punto de vista de Mónica Martínez “que un niño esté preparando los regalos de otro niño sin saberlo, porque siguen creyendo en Los Reyes Magos, es también un poco de magia”. 

Deja un comentario